En medio de la belleza y diversidad de los ecosistemas marinos, se encuentran los pastos marinos, un tesoro natural con una capacidad crucial de retener y almacenar Dióxido de Carbono (CO2), conocido como carbono azul. Sin embargo, a pesar de su relevancia para el equilibrio ambiental, estos ecosistemas enfrentan una falta de inversión y atención tanto a nivel social como gubernamental.
Tania Cecilia Cota Lucero, auxiliar de investigación del Laboratorio de Producción Primaria del Cinvestav Unidad Mérida, destaca que la mirada está mayormente enfocada en los académicos que investigan en manglares o corales, dejando de lado a los pastos marinos en los estudios de carbono azul. Esta falta de atención se traduce en la ausencia de un mapa nacional preciso que ayude a mejorar las estimaciones de carbono almacenado en estos ecosistemas vitales.
La degradación de las praderas marinas, principalmente por el cambio de uso de suelo y la contaminación de aguas residuales no tratadas, demuestran la urgencia de proteger y preservar estos ecosistemas esenciales para la captura y almacenamiento de carbono.
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Evaluación de los pastos marinos
En Quintana Roo, se han realizado estudios en diversas Áreas Naturales Protegidas, como el sistema lagunar Niuchupté-Bojórquez, el Parque Nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc. Esto, con el objetivo de evaluar la dinámica de los pastos marinos y su capacidad para almacenar carbono, así como para determinar las áreas prioritarias de captura y almacenamiento.
El proceso de pruebas con carbono azul implica identificar el tipo de pradera presente en el sitio, caracterizarla y utilizar imágenes satelitales de alta resolución para tomar decisiones sobre los puntos de muestreo. Esto permite no solo evaluar cuánto carbono se está almacenando, sino también cuánto se exporta a través de corrientes marinas y su impacto en la biodiversidad marina.
Impacto ambiental y económico
La pérdida de los pastos marinos conlleva consecuencias tanto ambientales como económicas. Al remover estos ecosistemas, se libera carbono almacenado en el sedimento a la atmósfera, convirtiendo a un protector del CO2 en un emisor. Esto no solo afecta la capacidad del ecosistema para mitigar el cambio climático, sino que también impacta en la pesquería y la protección costera.
La experta Tania Cecilia Cota Lucero menciona que la degradación de los pastos marinos puede resultar en una disminución de los servicios ambientales que brindan, como la protección contra la erosión costera y el sustento de poblaciones de peces y crustáceos dependientes del ecosistema. Esto podría afectar los ingresos económicos de las comunidades costeras que dependen de estos servicios.
Importancia de la preservación
A pesar de la falta de atención social y gubernamental hacia los pastos marinos, los estudios en toda la península de Yucatán desde 2006 han proporcionado información vital sobre la condición de estos ecosistemas y su relación con el carbono azul. La comparación con bosques y selvas revela que los pastos marinos almacenan más carbono y a una velocidad de acumulación más rápida, resaltando su importancia en la lucha contra el cambio climático.
Fuentes: 24 horas Quintana Roo
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