Una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad es el problema de la inseguridad, problema en el que se han logrado resultados, pero no suficientes. Para hacer frente a este complejo fenómeno es necesario instrumentar una política criminal multifactorial e integral que atienda a los factores-causa. Por cierto, no conocemos si en México existe una política criminal con estas características.
En el diseño política criminal se requiere de una estrategia para cada delito. Pues no es lo mismo la prevención del delito “robo a transeúnte” que “el robo a casa habitación”. Debemos tener presente en cualquier análisis que las cifras oficiales que se presentan cada quince días se refieren delitos denunciados y no a delitos ocurridos. Y, que la llamada cifra negra se calcula de más del 80%.
Entre los factores-causa para prevenir el delito del fuero común se destaca la inequidad y la exclusión social. Por lo tanto, una política para disminuir los índices delictivos debe incluir políticas y programas encaminados a lograr una mayor justicia social. En este sentido el aumento del salario mínimo, las becas de pensiones a adultos mayores y discapacitados han ayudado. Pero México sigue siento unos de los Países más desiguales de América Latina. Por lo que es indispensable fortalecer los programas de redistribución de la riqueza nacional.
También es necesario fortalecer el estado de derecho y contribuir a la cultura de la legalidad y al combate a la impunidad. Como dice Luis Garrido “la delincuencia crece a medida que la justicia se prostituye. Aspectos que, hasta no se logre una profunda reforma judicial no lo obtendremos. Solo ver la cifra de procesados y sentenciados y el número de presos que no cuentan con defensa y cuyos delitos son los llamados “crímenes por hambre”. En nuestras cárceles la mayoría son pobres y muy pocos internos pertenecen a los delitos de “cuello Blanco”.
Además, la prevención del delito es indispensable y para ello proponemos la definición y análisis Zonas criminógenas. Que no es otra cosa que la detección geográfica donde el delito se hace presente con mayor intensidad.
Insistimos en nuestra opinión, debemos tener una política criminal que privilegie la prevención del delito, que tenga estrategias para cada delito y, con objetivos y metas medibles para evaluar resultados.