Cada año entre 20 y 21 de marzo llega la primavera, época de flores, una de las estaciones más anheladas para las personas ya que se dice que se aprovecha o rinde más el día. Esto se debe a la duración en horas día y noche es igual. El equinoccio de primavera es cuando los rayos solares caen perpendicularmente sobre el ecuador. La Tierra se encuentra en una posición en la que la luz solar se distribuye de manera uniforme en todo el planeta.
Sin embargo, aquí viene la parte preocupante. Observamos en este momento que entra la primavera y nos imaginamos flores de diferentes colores amarillo, rosa, naranja, lila. Las vemos adornando los camellones de las avenidas principales, jardines y parques que año con año podemos admirar como las flores de ciricote, makulix y guayacán entre otras. Definitivamente no las hemos visto florear o aun no. Esto se debe a que ha llovido poco y en gran parte del país se ve que no hay agua. El aumento de la destrucción de los ecosistemas como la deforestación de la selva, deforestación en duna costera va en crecimiento. Esto retrasa su despliegue de colores en los paisajes de la ciudad que nos hacen sentir la vida y su esplendor.
La tasa promedio de deforestación bruta anual en Quintana Roo es de 12,125 hectáreas. Equivalente a perder, por día, poco más de 46 canchas de fútbol del tamaño de la del estadio Azteca diariamente. Según el INEGI. Para el año 2018 se perdió el 47% de la vegetación.
El día de ayer fue el “día mundial del Agua” ¿Qué tiene que ver el agua, deforestación y que las flores tarden en verse? ¡¡¡¡Claro que tiene que ver!!!! Recordemos lo que nos enseñaron en la primaria con respecto al ciclo del agua así de sencillo. Si no tenemos árboles no se pueden recargar los mantos freáticos y por lo tanto ellas (flores), no se muestran y la sensación de aumento de calor es mayor. El ciclo del agua es vital para la producción de alimentos, energía y otros servicios que nos brinda la naturaleza. Es clave para la regulación del clima y, además es receptor y transmisor del cambio que originan las sequías e inundaciones causadas por el cambio climático.
Estamos en una crisis hídrica, esto es, 12 millones de mexicanos carecen de agua, el 64 % de mexicanos no recibe agua en sus casas. Las concesiones de agua no están reguladas y las grandes empresas explotan millones de litros de agua sobreexplotando los acuíferos, al menos 15 están secos.
Debemos tomar acciones: la autoridad debe ser rigurosa de la ley en autorizar los cambios de uso de suelo, atender la Ley General de Aguas. Además, no tardar en la regadera, cerrar la llave mientras te cepillas los dientes, arreglar las fugas y filtraciones en llaves y tuberías. También lavar el carro con cubeta y esponja, no con manguera. Se deben tratar las aguas residuales, revisar y regular la extracción y explotación de las mineras, dar tratamiento de sanidad a la vegetación enferma. Ocupar el agua que requieras, no es infinita, dotar de presupuesto a las Áreas Naturales Protegida para su cuidado y conservación.
Y desde tu casa, dejar espacios verdes con árboles de la región. Estoy segura que es una forma de regresar lo mucho que nos da la naturaleza. Recordemos que la atmósfera, océanos, Selva, arrecifes de coral, lagunas y manglares son UNO.