Hablaremos hoy de un tema que preocupa a la totalidad de la población del mundo: la violencia. Fenómeno que es necesario cuantificarlo, pero fundamentalmente indagar sobre son las causas que la provocan.
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El contexto de la violencia
En 2022 murieron en el mundo a causa de la violencia organizada al menos 237 mil personas de acuerdo con un nuevo informe del Uppsala Conflict Data Program (UCDP), de la Universidad de Uppsala, Suecia y, muestra que se trata de un aumento del 97 por ciento en comparación con el año anterior, y es la cifra más alta desde el genocidio de Ruanda en 1994.
También los expertos de la ONU aseveran que el motivo principal de altas tasas de asesinatos en América se debe al crimen organizado y afirma que, desde el principio del siglo XXI, el crimen organizado ha matado a tantas personas como todos los conflictos armados combinados en todo el mundo.
Encontrando las causas
Por lo tanto, encontramos aquí un factor primordial para entender la violencia: el tráfico de drogas y, en nuestra región la cercanía con el mayor consumidor del mundo. Es hora de preguntarnos: ¿no deberíamos legalizar el uso de drogas?; ¿Acaso sus restricciones legales han disminuido su uso?; ¿quién se opone a tal legalización?; ¿Cuántos muertos más tendremos?
Sigamos tratando en encontrar las causas de la violencia, vivimos tiempos inciertos e incluso trágicos en los que las pandemias, la guerra y el hambre causan estragos. Sin embargo, el mayor asesino de nuestra época es la desigualdad.
La desigualdad
Un reciente informe de Oxfam muestra que la desigualdad ha crecido en forma alarmante. Un ejemplo, la fortuna de las diez personas más ricas del mundo se ha doblado durante la pandemia, mientras que el 99% de la humanidad es ahora más pobre que antes. ¿no es eso violencia?
El Informe sobre la “Desigualdad Global” que publica en World Inequality Lab, en su edición de 2022, afirma que, en la actualidad y a nivel global las desigualdades son tan extremas como lo eran en el momento más crítico del imperialismo occidental a comienzos del siglo XX.
Los países más desiguales del mundo, según las cifras del Banco Mundial, son Sudáfrica, Haití y Honduras, le siguen Colombia, Brasil, Panamá, Chile y Ruanda, Costa Rica y México.
Veamos cómo se expresa la desigualdad en la violencia, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se estima que en la actualidad hay aproximadamente 160 millones de niñ@s trabajando; es decir, casi uno de cada 10 en el mundo, ¿no es esta una manifestación de violencia’
¿Habrá mayor violencia que de los más de cinco millones de niñ@s menores de cinco años que se mueren al año en el mundo, más de la mitad se mueren por hambre?
Se requiere un cambio de rumbo
No nos cabe la menor duda que es indispensable cambiar de rumbo ahora mismo. Qué hacer ante una situación tan alarmante por lo menos, revocar las desastrosas privatizaciones que se han impulsado durante las últimas décadas, en México algo se ha hecho, pero no lo suficiente; concertar políticas fiscales para gravar a los más ricos y a las corporaciones multinacionales, para lo que se requiere de una firme voluntad política; desterrar todo los efectos de neoliberalismo, modelo responsable del aumento de la desigualdad y, es preciso abrir el debate para legalizar el consumo de drogas, con la regulación el estado.
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