Yucatán enfrenta un panorama preocupante ante el incremento sostenido de casos de VIH en lo que va del año. Datos oficiales de salud revelan que, en comparación con el mismo periodo del año anterior, los nuevos diagnósticos han crecido de manera significativa, encendiendo las alertas entre especialistas y autoridades sanitarias.
El aumento ha sido especialmente notorio entre jóvenes de entre 20 y 35 años, lo que refuerza la urgencia de reforzar las campañas de prevención, educación sexual y detección oportuna, que en algunos sectores aún enfrentan resistencia por estigmas culturales o falta de información.
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Falta de información y estigmas, los mayores retos
De acuerdo con organizaciones civiles, uno de los principales factores que dificulta el control de la epidemia en el estado es la persistencia del estigma hacia las personas que viven con VIH. Esto no solo obstaculiza que más personas acudan a realizarse pruebas voluntarias, sino que además alimenta una cultura de silencio y desinformación.
“Muchos jóvenes siguen pensando que el VIH es cosa del pasado o que no les puede afectar. Necesitamos llegar con mensajes claros, actuales y empáticos”, explicó Lourdes Quintal, integrante de un colectivo de salud sexual en Mérida. Además, señaló que en comunidades rurales la situación es aún más compleja, pues la educación sexual integral no siempre está garantizada y el acceso a servicios médicos es limitado.
Urgen políticas públicas más activas
Frente a este panorama, colectivos y especialistas han hecho un llamado urgente al gobierno estatal para fortalecer la estrategia de prevención del VIH en Yucatán. Esto incluye incrementar el presupuesto destinado a pruebas rápidas, acceso a tratamiento antirretroviral, programas de educación sexual, y sobre todo, campañas dirigidas a combatir el estigma.
En respuesta, la Secretaría de Salud estatal ha anunciado que intensificará sus campañas informativas en medios de comunicación y escuelas, así como el despliegue de brigadas móviles en zonas de alta incidencia.
Sin embargo, los expertos coinciden en que no basta con las acciones institucionales. La sociedad, dicen, debe asumir un rol activo en la promoción de una cultura de prevención, respeto y cuidado colectivo. Solo así, afirman, será posible contener el avance de un virus que, aunque hoy tiene tratamiento, sigue cobrando vidas y marcando desigualdades.
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