El Gobierno de Ecuador ha expresado su descontento y objeciones respecto a varios procedimientos en la convocatoria y organización de la reciente cumbre presidencial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Estas objeciones surgieron en respuesta a la irrupción de la Policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito, donde se intentó detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, quien había recibido asilo político por parte del Gobierno mexicano horas antes del incidente.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador emitió una nota oficial en la que reiteró sus preocupaciones sobre los procedimientos de convocatoria de la reunión de la Celac, alegando que no se siguieron los mecanismos establecidos, lo que podría haber afectado la participación de varios miembros del grupo latinoamericano.
A pesar de estas objeciones, Ecuador estuvo representado en la reunión virtual por la canciller Gabriela Sommerfeld, en nombre del presidente Daniel Noboa. Sin embargo, el Gobierno ecuatoriano lamentó que la propuesta de agenda presentada por Honduras, país anfitrión de la reunión, no fuera sometida a la aprobación de todos los participantes.
Además, se señaló que la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, leyó al inicio de la cita una versión del proyecto de comunicado especial que difería del documento circulado entre las delegaciones, lo que generó malestar en el Gobierno ecuatoriano.
La Cancillería de Ecuador solicitó a la Celac que distribuya esta comunicación entre todos los miembros de la Comunidad, bajo la presidencia pro tempore de Honduras.
En la cumbre de la Celac participaron representantes de Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Venezuela y San Vicente y las Granadinas. Durante la reunión, se debatió sobre el incidente en la Embajada de México en Quito, que generó preocupación entre varios países miembros.
A pesar de las diferencias, la cumbre generó un respaldo generalizado hacia México, cuyo presidente, Andrés Manuel López Obrador, solicitó apoyo para presentar una denuncia contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) debido al asalto a su embajada en Quito.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó el incidente como “inaceptable”, mientras que su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, lo describió como “un acto de barbarie”. Esta cumbre evidenció tensiones y diferencias en la región, así como el respaldo hacia México en este delicado asunto diplomático.
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