Dentro de pocos días, el 2 de octubre, se celebrarán elecciones en Brasil para elegir al nuevo presidente.
El actual mandatario, Jair Bolsonaro, buscará la relección contra el también expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
De acuerdo al portal RT, para ganar la contienda el candidato deberá sacar más de la mitad del total de votos en primera vuelta. Así se evitaría recurrir a la segunda vuelta.
De tener que hacerlo, el nuevo evento comicial se efectuará el día 30 del mismo mes.
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Otros puestos que se votarán ese día son:
- 27 gobernadores,
- 27 senadores,
- 513 diputados federales,
- 1.059 diputados estatales.
Los candidatos
Bolsonaro, quien es apoyado por el Partido Liberal, parece ser actualmente el perdedor en las encuestas.
El primer mandatario actual llegó al puesto en 2018 luego de arrasar en la elección, bajo un discurso de ‘outsider’ populista, que revivió el ‘anticomunismo’ y el discurso ‘antipolítico’.
En su momento, aprovechó las fuertes campañas contra el Partido de los Trabajadores y sus dirigentes, quienes fueron vinculados a hechos de corrupción.

En el caso de Lula da Silva, representa al Partido de los Trabajadores y a una decena de otros partidos.
El candidato ya fue presidente en 2002 y 2006. Su figura pesa mucho como referente de la lucha contra la dicturada militar brasileña.
A menos de un mes de las elecciones, la encuesta de Instituto de Inteligencia en Pesquisa y Consultoría Estratégica (Ipec) muestra que el resultado sería que Lula obtendría el 46 % de los votos mientras que Bolsonaro alcanzaría el 31 %, lo que representa una ventaja de 15 puntos.
De acuerdo a otra reconocida firma encuestadora, Datafolha, que realizó su estudio entre el 8 y 9 de septiembre, Lula se mantiene en torno al 45 % de la intención de voto.
Por su lado, Bolsonaro habría crecido dos puntos, de 32 % al 34 %, en ese periodo.
Bolsonaro ha criticado todas las encuestas, desacreditándolas.
Estrategias de campaña
Un hecho importante que acompaña a Lula es el efecto de haber estado en prisión. Los hechos de corrupción mancharon su imagen a pesar de haber sido absuelto.
El otro aspecto es su regreso a los 76 años a la política, doce años después de su último periodo.
Fue justamente el proceso que vivió el que lo dejó fuera como candidato en 2018.
Con su astucia política convocó tanto a la izquierda como a la centro-derecha para hacer frente a Bolsonaro.
Por su parte, Bolsonaro, se jacta de sus valores conservadores y de extrema derecha.
El actual presidente cuenta con un fuerte respaldo popular.
Asimismo, lo apoyan los sectores religiosos y conservadores. Se apoyó en un discurso de la guerra fría en contra del izquierdismo y criticando de manera feroz a las instituciones judiciales y electorales brasileñas.
Una desventaja que lo persigue son las más de 600 mil muertes por coronavirus y la posterior crisis económica que asola al país.