Luego del triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, las cinco principales economías de la región, Brasil, Chile, Colombia, México y Argentina, quedan por primera vez en manos de fuerzas progresistas.
Fueron justamente los líderes de las otras cuatro economías más grandes de la región quienes felicitaron a Lula por su triunfo. Con un simple “Viva Lula” celebró Petro la ventaja del próximo mandatario brasileño; le siguió el mexicano Andrés Manuel López Obrador, Boric y culminó Alberto Fernández, desde Argentina.
El gigante sudamericano acabó la primera era Lula como un poder emergente, antes de la crisis política y económica que llevó al impeachment de su sucesora, Dilma Roussef, en 2016.
Los escándalos de corrupción inundaron al PT y Lula estuvo 580 días en prisión por unas condenas hoy anuladas.
Para Barack Obama Lula fue “el político más popular de la tierra”, fue uno de los líderes más influyentes, promovió el bloque de los BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—, Brasil fue sede del Mundial 2014 y Juegos Olímpicos de 2016.
El peso de Brasil es innegable. Se trata de un país de dimensiones continentales, con más de 200 millones de habitantes, que crecerá este año al 2,8%, según el FMI.
“¿Cuáles son las cinco mayores economías de América Latina?”, pregunta con trampa por teléfono el ex diplomático Julio César Gomes Dos Santos, para subrayar que después de Brasil y México, el Estado de São Paulo —con 46 millones de habitantes— sería por sí mismo, la tercera economía de la región, por encima de Argentina, Colombia y Chile.
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